Oda a la diva de los epitafios

09.02.08
Camino de Cáceres
Puerto de los Castaños

Si he de vivir cien años que no sean de soledad
y, pues he de morir un día,
que no sea de muchedumbre
y cuando ese día llegue
que la parca se me lleve
en hedor de multitudes
o con el aroma rancio
de los ataúdes.

Y ese día hay tres cosas que me gustaría:

La primera que alguien me leyera
este epitafio entero en medio de mi entierro...

La segunda cosa
(y esta se la pido a Dios)
que el gusano que me coma
se convierta en mariposa
y cumpla venturosa
los sueños que ya muerto tenga yo.

Y la tercera
que no muevan mucho mis huesos, por favor.

Ah! Casi se me olvida la más hermosa

En mi tumba, por su puesto un Epitafio:

"Viva Concostrina
Diva de las sepulturas
los sepulcros y los epitafios...
...Gloria a Dios en las alturas
y en la tierra,
-leñe- dejad tranquilos
a los muertos que reposan en los camposantos".